Quisiera consultar con cada uno de ustedes: ¿si se han dado cuenta de lo que está pasando ahora en las
organizaciones?, si han visto que las personas ya no quieren asumir
responsabilidades, y que ahora todos somos expertos en la técnica de lavada de manos.
Parte del objetivo de este post es comenzar a realizar un cambio desde cada uno de nosotros para transformar grandes grupos de personas en buenos seres humanos y para eso quiero que cada persona a quien le llegue este mensaje se cuestione lo siguiente: ¿Qué pasa si dicen la verdad? ¿Cuáles son las consecuencias positivas de asumir los errores? ¿Cuál es el peor escenario posible tras aceptar en algún momento que nos equivocamos? ¿Cuándo alguien nos dice la verdad, como actuamos con esa persona?
Tenemos que darnos cuenta que castigar la verdad es un comportamiento negativo que hace que cada día seamos más mentirosos. Pero parte del crecimiento de este, es culpa de una sociedad que no sabe reconocer de forma apropiada las buenas acciones; ¡cómo no vamos a ver que las mentiras son un comportamiento reforzado desde la infancia!, porque cuando un niño hace algún daño es más fácil para sus padres regañarle por el daño hecho que felicitarlo por decir la verdad.
Esto que sucede en nuestra infancia no está lejos del mundo laboral y para eso les voy a dar un ejemplo muy sencillo: hace varios años se postuló un candidato para un cargo que tenía en una organización, durante la entrevista me contó que la experiencia más fuerte que vivió en su vida fue pagar una condena de prisión años atrás dado que cometió un error, también en la entrevista me hablo sobre su interés de reivindicarse con la sociedad y ser una persona de bien. ¿Ustedes lo contratarían? Es más, ustedes le indagarían a esa persona ¿Cuáles fueron las competencias que aprendió durante su condena? No, posiblemente en ese momento cortaríamos la entrevista y le diríamos que nos gustan sus estudios, su experiencia, pero que la empresa hace un estudio de seguridad y no permite contratación de personas con antecedentes ¿creen que esa persona se motivaría a contar nuevamente la verdad en una próxima entrevista? Posiblemente no, porque, aunque pago por su error y aprendió de él, nosotros vivimos empeñados en condenarlo y no darle la oportunidad de mostrar que es una persona diferente. Ah pero el delincuente que no habla de sus delitos y por el contrario saca pecho hablando de títulos inexistentes, es contratado y casi que de manera inmediata es promocionado dentro dela organización.
Esto que les acabo de contar no está lejos de la realidad, viví los dos casos en una misma empresa; la persona que se equivocó una vez en su vida, quería cambiar y la sociedad lo seguía culpando; y también conocí el delincuente vestido de traje elegante que recalcaba títulos profesionales que no tenía y logro robar la empresa. Posiblemente esa persona que fue juzgada fuertemente hubiera sido uno de los mejores trabajadores, no estaba en mis manos la decisión de su contratación, pero puedo levantar la cabeza y decir con tranquilidad que lo intente y creí en ese ser humano, al cual le reforcé la conducta de decir la verdad.
Finalmente les pido cuestionarse lo siguiente: ¿Cómo creen que pueden comenzar a reforzar la sinceridad de las personas a partir del día de hoy?
Dalia Betancourt Peña