Cuando explicar conocimientos es complejo, nada mejor que contar un cuento para que todos los públicos niños y adultos entendamos la semántica financiera. Gracias Ted Monterrey por contenido de tan alta calidad!
Ahora los clientes de Bancolombia podrán optimizar su tiempo haciendo otras actividades mientras esperan a que llegue su turno en la sucursal más cercana a su casa o lugar de trabajo.
El banco puso en funcionamiento la opción de solicitud de turnos por medio de la aplicación móvil, que en 2016 les permitió a los clientes movilizar recursos por 17,1 billones de pesos y que creció 72 % en su uso solo durante el año anterior.
Así las cosas y sin necesidad de escribir siquiera el nombre de usuario y la contraseña, los usuarios pueden ubicar las sucursales más cercanas por geolocalización o realizar la búsqueda específica de una oficina. Luego, podrán verificar el tiempo estimado de espera y el número de personas en la fila, entre otras variables. Con dicha información, pueden solicitar el turno, que queda reservado en la sucursal elegida a la que se recomienda llegar cinco minutos antes para activar el turno a través de un código QR.
“Creemos que se pueden hacer las cosas de manera más simple y ágil, retando a lo convencional y generando facilidades para nuestros clientes. La solicitud de turno por la App busca generar una mejor experiencia”, expresa Luz María Velásquez, vicepresidenta de Personas y Pymes Colombia de Bancolombia.
La directiva agrega que “innovar en la aplicación ha permitido obtener resultados muy satisfactorios, como los 5,5 millones de descargas de la misma en 2016, lo que a su vez la situó como la APP financiera más descargada de Colombia”.
Para solicitar un turno, los usuarios deben actualizar su aplicación y acceder al botón Visítanos, ubicada en el extremo inferior.
La entidad afirma que el porcentaje de usuarios de Bancolombia que utiliza los canales digitales como el medio para acceder a sus productos y servicios llegó al 68%. Así mismo, que los canales digitales del banco superan por casi 22% el uso de los medios de este tipo en todo el sistema financiero colombiano.
. Hola amigos hoy
queremos contarles sobre esta aplicación llamada vaki https://vaki.co.
Es una aplicación
web que nos permite realizar recolección de fondos en línea entre los
diferentes interesados. Hemos visto en esta herramienta un escenario
importantísimo de acuerdos propositivos con los diferentes interesados.
Así que no dudes en usarla, hemos visto campañas políticas sociales y de
diferente índole que han logrado resultados adecuados trazables Optimos y con
la pulcritud que requiere. Así que Anímate quieres hacer un movimiento social
digital para recolección de fondos para un objetivo en particular sumate. Fuente: Original genex
"#Bitcoin es una respuesta para salvaguardar los ahorros del monstruo confiscador de la devaluación." Este articulo incluye. 1. Referencia reciente por @dlacalle. Bitcoin, huyendo del confiscador. 2. Ecosistema del bitcoin, aproximación simple. 3. Que es bit coin para dummies. 4. Proveedores recomendados. 5. Word Economic Forum Articulo. La revolución pendiente
LLENO DE ENERGÍA
Bitcoin, huyendo del confiscador
“The way you haunt my dreams, they can't take that away from me”, Ira Gershwin
Este pasado viernes, Bitcoin, la moneda virtual, aunque yo prefiero llamarlo “reserva virtual”, superó los 1.900 dólares y en una sola semana su capitalización se disparó en 4.000 millones de dólares, llevándolo a máximos históricos. Sobre el fenómeno hemos hablado en esta columna en diferentes ocasiones, y creo que merece la pena analizar las razones por las que sigue creciendo.
Los bancos centrales del mundo están aumentando masa monetaria de manera descontrolada e injustificada.
Como hemos comentado en varias ocasiones, más de 200.000 millones de dólares mensuales de recompras en la mayor transferencia de riqueza de los ahorradores hacia los gobiernos. Mientras el ahorrador ve sus depósitos desaparecer con tipos reales negativos y devaluaciones, mientras los bancos centrales buscan a toda costa empobrecer al vecino vía devaluaciones para beneficiar a Estados deficitarios, la represión financiera sigue generando respuestas de los ciudadanos, que buscan salvaguardar sus ahorros del monstruo confiscador de la devaluación.
El principal factor que ha llevado a Bitcoin a subir de manera vertiginosa es esa represión financiera. A principios de año, la demanda de Bitcoin por parte de China se disparó casi un 80% ante los controles de capitales y el miedo -más que fundado- de los ciudadanos a que el Estado intente cubrir los enormes desequilibrios de la economía china con devaluaciones y controles de capitales más agresivos de los ya impuestos. Al fin y al cabo, no se les escapa ni a los economistas más burbujeros y a los depredadores de lo ajeno que China podría mitigar sus enormes problemas de deuda y burbuja financiera asaltando a una población que tiene uno de los ahorros familiares más altos del mundo (48% de ahorro bruto con respecto al PIB, sólo superado por Kuwait y Bermuda). Se confisca ese ahorro vía control de capitales y devaluaciones agresivas, y a correr.
Y, como es normal, los ciudadanos se intentan defender.
No sólo China. El trading de Bitcoin de Japón y Corea del Sur se disparaba un 48,6% ante la posibilidad legal de que los comercios empezasen a usar Bitcoin. Con el Banco de Japón “imprimiendo” 70.000 millones de dólares mensuales, Bitcoin se presenta como una alternativa a la represión financiera y como una reserva de valor, ya que la oferta del mismo no se puede decidir unilateralmente por un gobierno o su banco central.
Otro factor importante es que esa “start-up de moneda” que comentábamos hace tres años (lean) ha empezado a ser utilizada de manera generalizada para el comercio. Al dejar de ser un activo financiero únicamente para empezar a utilizarse de manera más amplia para intercambiar bienes y servicios, pierde su condición de “cosa rara incomprensible” que algunos querían darle, para convertirse en una alternativa real monetaria.
Pero no debemos ignorar los riesgos. De momento, los países no consideran a Bitcoin una amenaza, pero si se pone en riesgo de manera relevante su avaricia impresora y devaluadora, no lo duden, se acudirá a la represión legal para intentar pararlo. Aunque no será fácil.
Yo prefiero ver a Bitcoin desde una perspectiva más moderada.
A medida que se implemente, con otras cybermonedas, se volverá a la cordura en los bancos centrales.
No olvidemos que los bancos centrales pueden permitirse esta orgía de política monetaria sólo -y no lo olviden los burbujeros- si mantienen la confianza del mercado secundario defendiendo su papel como moneda de reserva. Cuando la confianza y el status como moneda de reserva se pierde, bienvenidos a Venezuela.
Es por ello que estoy convencido de que Bitcoin va a servir como un freno a la expansión monetaria desbocada que llevamos viviendo nueve años con la excusa de que “no hay inflación”, creando disparatadas burbujas en bonos y activos de riesgo y poniendo las bases de la siguiente crisis. Bitcoin puede ser un revulsivo que fuerce a que vuelvan a la cordura los bancos centrales que saben que deben mantener sus divisas como reserva de valor.
De momento, los que predecían un desplome del Bitcoin como una especie de timo electrónico se han equivocado. Yo, que no he invertido en Bitcoin nunca, pero lo veo como una alternativa urgente y necesaria al descontrol de las políticas monetarias mal llamadas keynesianas, cuando son simplemente demenciales, espero que siga creciendo y que, con ello, sirva de freno a las veleidades de los que siempre acuden a meter la “mano virtual” en el bolsillo de los ahorradores -a través de devaluaciones y bajadas de tipos- para solucionar sus errores.
Una parte de la mejor cura a los que piensan que devaluando y con tipos negativos se soluciona el mundo, que es una falacia evidente, es un Bitcoin fuerte.
Fuente: http://www.elespanol.com/economia/20170521/217858219_13.html
Word Economic Forum Articulo. La revolución pendiente
Blockchain: la revolución pendiente de Internet
Image: REUTERS/Arnd Wiegmann
"Dentro de veinte años hablaremos de Blockchain como ahora hablamos de Internet."
Marc Andreesen, fundador de Netscape
La invención de Internet constituye un punto de inflexión de magnitud y relevancia comparable a la imprenta o la máquina de vapor: marca un antes y un después que ha exigido cambios transversales en todos los ámbitos que incluyen una importante carga sociológica y filosófica. Internet ha permitido un aplanamiento de las estructuras a todos los niveles, en línea con la propia naturaleza dispersa del conocimiento. Esta descentralización ha favorecido un crecimiento de la productividad nunca visto antes: Internet favorecía un entorno con menores costes de transacción, más descentralizado, con más grados de libertad para los agentes económicos, con más economía y más generación de valor.
Sin embargo, estas promesas también tenían límites.
Internet, el mundo digital, se enfrentaba a grandes retos desde el principio: la confianza, la privacidad, la seguridad o el control de los datos. La información del usuario, materia prima para la monetización del grueso de los negocios en la red, lo más parecido al petróleo del siglo XXI, quedaba dispersa, sin control, con poca transparencia, y en la mayoría de casos fuera del control del propio interesado. En una célebre viñeta del TheNew Yorker, Peter Steiner ironizaba con el problema de la identidad que nacía con Internet a principios de los 90s, donde se ve un perro chateando en Internet que le dice a otro: "On the Internet, nobody knows you're a dog."
Para suplir esta falta de confianza en la red, el mercado se ha apoyado en grandes compañías como Amazon o AirBnB.
La economía cambiaba pero, debido a estas limitaciones, quizás no tanto: sustituíamos viejos gigantes como IBM, Johnson & Johnson, Citibank, Bank of America o ExxonMobile, por los nuevos colosos de Silicon Valley: Google, Apple, Facebook y Amazon que se convertían en un relativamente corto periodo de tiempo en las mayores compañías por capitalización bursátil. Internet generó poco a poco su propia metaestructura que hoy genera no pocas suspicacias y recelos sobre su opacidad o las muchas asimetrías que se han acumulado entre estos grandes almacenes de datos y los usuarios.
La existencia de economías de escala – de red, en el mundo digital–, favoreció, como en el mundo pre-Internet, la existencia de grandes corporaciones donde ahora la clave no era tanto la posesión de recursos o monopolios clave, sino simplemente información. Esto ha hecho que algunas de las tempranas advertencias de Moisés Naím en El fin del poder, aún no se hayan materializado del todo.
Quedaba pendiente llevar Internet al siguiente nivel; una mejora que garantizara el control de la información por el propio usuario, los datos, –insisto–, una nueva fuente de capital, sin necesidad de intermediarios. Esto permitiría convertir al usuario en verdadero propietario de sus datos, lo que alumbra una nueva era de prosperidad. Blockchain quiere ser esta pieza, este protocolo fiable, que permita consolidar un Internet verdaderamente descentralizado, más transparente, seguro y abierto.
La tecnología Blockchain, o cadena de bloques, es una base de datos distribuida, no centralizada en ningún punto, encriptada de forma dinámica, –se actualiza cada 10 minutos con datos e inputs nuevos–, de manera que cada nuevo bloque que se une al sistema tiene que ser validado de forma descentralizada por los bloques anteriores. Este elemento dinámico y su descentralización, permite a esta tecnología ser extremadamente eficiente a la hora de almacenar de forma creciente datos ordenados en el tiempo y sin posibilidad de revisión o modificación. Lo anterior dota de una gran seguridad, transparencia y gran control con respecto a los flujos de datos por parte de todos los usuarios de la red Blockchain. De ahí su gran potencial.
Cada Blockchain es una base de datos en red, –algo comparable a Internet pero más seguro–, con un propósito concreto. Con cada nuevo bloque, –transacción, actualización o dato–, la cadena se actualiza por completo y se valida de forma descentralizada por todos los usuarios, lo que la convierte en una herramienta de almacenamiento tremendamente segura. Esta verificación descentralizada ofrece un control sobre los datos antes desconocido en el mundo de Internet que permite trasladar el mundo físico al universo digital: de esta forma, por ejemplo, podemos asegurar que un Bitcoin, –hasta el momento la red Blockchain más exitosa–, es de un usuario concreto y de nadie más. Esto es posible, como decíamos, gracias al elemento dinámico, –ese latido de corazón de 10 minutos–, de Blockchain que permite aproximar el mundo digital a la realidad y naturaleza de los procesos de mercado dinámicos por definición.
Pese a que todavía es muy pronto para aventurar hasta donde cumplirá sus promesas esta nueva tecnología, como sucedía con Internet en los años 90, sí podemos decir que Blockchain está en disposición de convertirse en la base de la próxima gran revolución tecnológica.
Modelos de liderazgo y gestión, los grandes retos
Si bien Blockchain puede ser la respuesta al grueso de retos que plantea hoy Internet, –seguridad, privacidad, transparencia y control–, los retos y barreras a su implementación práctica son aún mayúsculos. Prueba de ello es que, pese a los intentos y esfuerzos, de momento la única red Blockchain que ha cogido tracción es la de la criptodivisa Bitcoin: un protocolo de pago "peer-to-peer", esbozado por una serie de personas agrupadas bajo el pseudónimo “Satoshi Nakamoto”. Se trata de una de las aplicaciones con mayor potencial para cambiar el orden económico al favorecer una despolitización de la oferta monetaria, hoy en manos de los bancos centrales, al guardar un paralelismo (buscado) muy similar con el sistema de patrón oro clásico.
Si bien Blockchain puede ser la respuesta al grueso de retos que plantea hoy Internet, –seguridad, privacidad, transparencia y control–, los retos y barreras a su implementación práctica son aún mayúsculos
Al margen de las dificultades técnicas, operativas y regulatorias, lo cierto es que la expansión de Blockchain exige importantes cambios en los modelos de gestión, el liderazgo público y privado, e incluso plantea la necesidad de una nueva cultura ciudadana y democrática.
Como siempre sucede, el cambio tecnológico es más rápido que el social o cultural. Si ya la irrupción de modelos de negocio como Uber, plataforma agregadora más que colaborativa, ya se han topado con fuertes barreras políticas y sociales, ¿qué barreras no encontrará una tecnología que supone una descentralización de la economía de una magnitud veinte veces mayor? Como pasó con el Internet 1.0., –el del comercio online, las redes sociales y la economía colaborativa–, este nuevo Internet supone cambios importantes en la manera de hacer negocios, compartir información, y generar riqueza que, entre otras muchas cosas, entra en conflicto directo con los viejos Estados: ganan inversores, consumidores, empresarios y ciudadanos en general, en libertad de elegir y en control sobre sus datos, pero estos nuevos modelos descentralizados, basta pensar en Bitcoin, entran en conflicto directo, entre otras instituciones, con la manera de funcionar de Estados y gobiernos en la actualidad.
La necesidad de una nueva cultura, modelos de gestión e incluso valores, son los grandes retos que nos plantean las nuevas tecnologías en la actualidad, como bien advierte KlausSchawb en su libro La cuarta revolución industrial. De saber liderar estos cambios con eficacia depende que estas nuevas tecnologías realmente supongan abrir una nueva etapa de prosperidad para todos.