22 may 2017

Una mirada al riesgo de las criptmonedas, el debate apenas se abre.@elespanolcom @dlacalle @tenemosduende


" es una respuesta para salvaguardar los ahorros del monstruo confiscador de la devaluación."



Este articulo incluye.

1. Referencia reciente por @dlacalle. Bitcoin, huyendo del confiscador.
2. Ecosistema del bitcoin, aproximación simple.
3. Que es bit coin para dummies.
4. Proveedores recomendados.
5. Word Economic Forum Articulo. La revolución pendiente
















LLENO DE ENERGÍA

Bitcoin, huyendo del confiscador



“The way you haunt my dreams, they can't take that away from me”, Ira Gershwin Este pasado viernes, Bitcoin, la moneda virtual, aunque yo prefiero llamarlo “reserva virtual”, superó los 1.900 dólares y en una sola semana su capitalización se disparó en 4.000 millones de dólares, llevándolo a máximos históricos. Sobre el fenómeno hemos hablado en esta columna en diferentes ocasiones, y creo que merece la pena analizar las razones por las que sigue creciendo. Los bancos centrales del mundo están aumentando masa monetaria de manera descontrolada e injustificada. 


Como hemos comentado en varias ocasiones, más de 200.000 millones de dólares mensuales de recompras en la mayor transferencia de riqueza de los ahorradores hacia los gobiernos. Mientras el ahorrador ve sus depósitos desaparecer con tipos reales negativos y devaluaciones, mientras los bancos centrales buscan a toda costa empobrecer al vecino vía devaluaciones para beneficiar a Estados deficitarios, la represión financiera sigue generando respuestas de los ciudadanos, que buscan salvaguardar sus ahorros del monstruo confiscador de la devaluación. 

El principal factor que ha llevado a Bitcoin a subir de manera vertiginosa es esa represión financiera. A principios de año, la demanda de Bitcoin por parte de China se disparó casi un 80% ante los controles de capitales y el miedo -más que fundado- de los ciudadanos a que el Estado intente cubrir los enormes desequilibrios de la economía china con devaluaciones y controles de capitales más agresivos de los ya impuestos. Al fin y al cabo, no se les escapa ni a los economistas más burbujeros y a los depredadores de lo ajeno que China podría mitigar sus enormes problemas de deuda y burbuja financiera asaltando a una población que tiene uno de los ahorros familiares más altos del mundo (48% de ahorro bruto con respecto al PIB, sólo superado por Kuwait y Bermuda). Se confisca ese ahorro vía control de capitales y devaluaciones agresivas, y a correr. 


Y, como es normal, los ciudadanos se intentan defender. No sólo China. El trading de Bitcoin de Japón y Corea del Sur se disparaba un 48,6% ante la posibilidad legal de que los comercios empezasen a usar Bitcoin. Con el Banco de Japón “imprimiendo” 70.000 millones de dólares mensuales, Bitcoin se presenta como una alternativa a la represión financiera y como una reserva de valor, ya que la oferta del mismo no se puede decidir unilateralmente por un gobierno o su banco central. Otro factor importante es que esa “start-up de moneda” que comentábamos hace tres años (lean) ha empezado a ser utilizada de manera generalizada para el comercio. Al dejar de ser un activo financiero únicamente para empezar a utilizarse de manera más amplia para intercambiar bienes y servicios, pierde su condición de “cosa rara incomprensible” que algunos querían darle, para convertirse en una alternativa real monetaria. Pero no debemos ignorar los riesgos. De momento, los países no consideran a Bitcoin una amenaza, pero si se pone en riesgo de manera relevante su avaricia impresora y devaluadora, no lo duden, se acudirá a la represión legal para intentar pararlo. Aunque no será fácil. Yo prefiero ver a Bitcoin desde una perspectiva más moderada. 


A medida que se implemente, con otras cybermonedas, se volverá a la cordura en los bancos centrales. No olvidemos que los bancos centrales pueden permitirse esta orgía de política monetaria sólo -y no lo olviden los burbujeros- si mantienen la confianza del mercado secundario defendiendo su papel como moneda de reserva. Cuando la confianza y el status como moneda de reserva se pierde, bienvenidos a Venezuela. Es por ello que estoy convencido de que Bitcoin va a servir como un freno a la expansión monetaria desbocada que llevamos viviendo nueve años con la excusa de que “no hay inflación”, creando disparatadas burbujas en bonos y activos de riesgo y poniendo las bases de la siguiente crisis. Bitcoin puede ser un revulsivo que fuerce a que vuelvan a la cordura los bancos centrales que saben que deben mantener sus divisas como reserva de valor. 


De momento, los que predecían un desplome del Bitcoin como una especie de timo electrónico se han equivocado. Yo, que no he invertido en Bitcoin nunca, pero lo veo como una alternativa urgente y necesaria al descontrol de las políticas monetarias mal llamadas keynesianas, cuando son simplemente demenciales, espero que siga creciendo y que, con ello, sirva de freno a las veleidades de los que siempre acuden a meter la “mano virtual” en el bolsillo de los ahorradores -a través de devaluaciones y bajadas de tipos- para solucionar sus errores. Una parte de la mejor cura a los que piensan que devaluando y con tipos negativos se soluciona el mundo, que es una falacia evidente, es un Bitcoin fuerte. Fuente: http://www.elespanol.com/economia/20170521/217858219_13.html


Mapa ecosistema Bit Coin


Que es bit coin para dummies






Proveedores recomendados.












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Word Economic Forum Articulo. La revolución pendiente


Blockchain: la revolución pendiente de Internet


A sticker reading "Bitcoin accepted here" is displaye at the entrance of the Stadthaus town hall in Zug, Switzerland, August 30, 2016. Picture taken August 30, 2016.  REUTERS/Arnd Wiegmann  - RTX2OLUE
Image: REUTERS/Arnd Wiegmann

"Dentro de veinte años hablaremos de Blockchain como ahora hablamos de Internet."
Marc Andreesen, fundador de Netscape
La invención de Internet constituye un punto de inflexión de magnitud y relevancia comparable a la imprenta o la máquina de vapor: marca un antes y un después que ha exigido cambios transversales en todos los ámbitos que incluyen una importante carga sociológica y filosófica. Internet ha permitido un aplanamiento de las estructuras a todos los niveles, en línea con la propia naturaleza dispersa del conocimiento. Esta descentralización ha favorecido un crecimiento de la productividad nunca visto antes: Internet favorecía un entorno con menores costes de transacción, más descentralizado, con más grados de libertad para los agentes económicos, con más economía y más generación de valor.
Sin embargo, estas promesas también tenían límites.
Internet, el mundo digital, se enfrentaba a grandes retos desde el principio: la confianza, la privacidad, la seguridad o el control de los datos. La información del usuario, materia prima para la monetización del grueso de los negocios en la red, lo más parecido al petróleo del siglo XXI, quedaba dispersa, sin control, con poca transparencia, y en la mayoría de casos fuera del control del propio interesado. En una célebre viñeta del The New YorkerPeter Steiner ironizaba con el problema de la identidad que nacía con Internet a principios de los 90s, donde se ve un perro chateando en Internet que le dice a otro: "On the Internet, nobody knows you're a dog."


Para suplir esta falta de confianza en la red, el mercado se ha apoyado en grandes compañías como Amazon o AirBnB.
La economía cambiaba pero, debido a estas limitaciones, quizás no tanto: sustituíamos viejos gigantes como IBMJohnson & JohnsonCitibankBank of America o ExxonMobile, por los nuevos colosos de Silicon Valley: Google, Apple, Facebook y Amazon que se convertían en un relativamente corto periodo de tiempo en las mayores compañías por capitalización bursátil. Internet generó poco a poco su propia metaestructura que hoy genera no pocas suspicacias y recelos sobre su opacidad o las muchas asimetrías que se han acumulado entre estos grandes almacenes de datos y los usuarios.
La existencia de economías de escala – de red, en el mundo digital–, favoreció, como en el mundo pre-Internet, la existencia de grandes corporaciones donde ahora la clave no era tanto la posesión de recursos o monopolios clave, sino simplemente información. Esto ha hecho que algunas de las tempranas advertencias de Moisés Naím en El fin del poder, aún no se hayan materializado del todo.
Quedaba pendiente llevar Internet al siguiente nivel; una mejora que garantizara el control de la información por el propio usuario, los datos, –insisto–, una nueva fuente de capital, sin necesidad de intermediarios. Esto permitiría convertir al usuario en verdadero propietario de sus datos, lo que alumbra una nueva era de prosperidad. Blockchain quiere ser esta pieza, este protocolo fiable, que permita consolidar un Internet verdaderamente descentralizado, más transparente, seguro y abierto.
La tecnología Blockchain, o cadena de bloques, es una base de datos distribuida, no centralizada en ningún punto, encriptada de forma dinámica, –se actualiza cada 10 minutos con datos e inputs nuevos–, de manera que cada nuevo bloque que se une al sistema tiene que ser validado de forma descentralizada por los bloques anteriores. Este elemento dinámico y su descentralización, permite a esta tecnología ser extremadamente eficiente a la hora de almacenar de forma creciente datos ordenados en el tiempo y sin posibilidad de revisión o modificación. Lo anterior dota de una gran seguridad, transparencia y gran control con respecto a los flujos de datos por parte de todos los usuarios de la red Blockchain. De ahí su gran potencial.
Cada Blockchain es una base de datos en red, –algo comparable a Internet pero más seguro–, con un propósito concreto. Con cada nuevo bloque, –transacción, actualización o dato–, la cadena se actualiza por completo y se valida de forma descentralizada por todos los usuarios, lo que la convierte en una herramienta de almacenamiento tremendamente segura. Esta verificación descentralizada ofrece un control sobre los datos antes desconocido en el mundo de Internet que permite trasladar el mundo físico al universo digital: de esta forma, por ejemplo, podemos asegurar que un Bitcoin, –hasta el momento la red Blockchain más exitosa–, es de un usuario concreto y de nadie más. Esto es posible, como decíamos, gracias al elemento dinámico, –ese latido de corazón de 10 minutos–, de Blockchain que permite aproximar el mundo digital a la realidad y naturaleza de los procesos de mercado dinámicos por definición.


Pese a que todavía es muy pronto para aventurar hasta donde cumplirá sus promesas esta nueva tecnología, como sucedía con Internet en los años 90, sí podemos decir que Blockchain está en disposición de convertirse en la base de la próxima gran revolución tecnológica.
Modelos de liderazgo y gestión, los grandes retos
Si bien Blockchain puede ser la respuesta al grueso de retos que plantea hoy Internet, –seguridad, privacidad, transparencia y control–, los retos y barreras a su implementación práctica son aún mayúsculos. Prueba de ello es que, pese a los intentos y esfuerzos, de momento la única red Blockchain que ha cogido tracción es la de la criptodivisa Bitcoin: un protocolo de pago "peer-to-peer", esbozado por una serie de personas agrupadas bajo el pseudónimo “Satoshi Nakamoto”. Se trata de una de las aplicaciones con mayor potencial para cambiar el orden económico al favorecer una despolitización de la oferta monetaria, hoy en manos de los bancos centrales, al guardar un paralelismo (buscado) muy similar con el sistema de patrón oro clásico.
Si bien Blockchain puede ser la respuesta al grueso de retos que plantea hoy Internet, –seguridad, privacidad, transparencia y control–, los retos y barreras a su implementación práctica son aún mayúsculos
Al margen de las dificultades técnicas, operativas y regulatorias, lo cierto es que la expansión de Blockchain exige importantes cambios en los modelos de gestión, el liderazgo público y privado, e incluso plantea la necesidad de una nueva cultura ciudadana y democrática.
Como siempre sucede, el cambio tecnológico es más rápido que el social o cultural. Si ya la irrupción de modelos de negocio como Uber, plataforma agregadora más que colaborativa, ya se han topado con fuertes barreras políticas y sociales, ¿qué barreras no encontrará una tecnología que supone una descentralización de la economía de una magnitud veinte veces mayor? Como pasó con el Internet 1.0., –el del comercio online, las redes sociales y la economía colaborativa–, este nuevo Internet supone cambios importantes en la manera de hacer negocios, compartir información, y generar riqueza que, entre otras muchas cosas, entra en conflicto directo con los viejos Estados: ganan inversores, consumidores, empresarios y ciudadanos en general, en libertad de elegir y en control sobre sus datos, pero estos nuevos modelos descentralizados, basta pensar en Bitcoin, entran en conflicto directo, entre otras instituciones, con la manera de funcionar de Estados y gobiernos en la actualidad.
La necesidad de una nueva cultura, modelos de gestión e incluso valores, son los grandes retos que nos plantean las nuevas tecnologías en la actualidad, como bien advierte Klaus Schawb en su libro La cuarta revolución industrial. De saber liderar estos cambios con eficacia depende que estas nuevas tecnologías realmente supongan abrir una nueva etapa de prosperidad para todos.







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